Representación de la comunidad de Zɨkɨnaima Jorai (Lagarto Cocha), en Puerto Leguízamo, Putumayo, de los sabedores del pueblo Murui Muina, el mambeadero de la ananeko (casa de pensamiento), las plantas que regeneran el agua, el mambe y el ambil. Imagen compuesta con fotografías del Colectivo de Comunicación Propia Uaiɨma e ilustraciones de Giovanni Salazar Castañeda de Agenda Propia.

Colombia

Plantas regeneradoras del agua

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Feb 17, 2025 Compartir

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Sabedores indígenas de la comunidad de Zɨkɨnaima Jorai (Lagarto Cocha), en Puerto Leguízamo, Putumayo, preservan plantas que regeneran el agua. En un video relato, el sabedor Máximo Joinama explica la función espiritual y ambiental de tres especies de plantas que los indígenas Murui Muina siembran para cuidar el “reino acuático”.

Esta pieza audiovisual fue realizada por el colectivo de comunicación propia Uaiɨma.

Sinopsis 

Desde la cosmovisión del pueblo Murui Muina, el sistema del manejo del territorio consta de tres partes fundamentales: Dios, el hombre y la naturaleza. Así comienza el video relato en el que el sabedor Máximo Joinama narra los conocimientos ancestrales y el mandato del padre creador Moo Buinaima: cuidar a la Madre Selva y su biodiversidad.

Una de las labores que cumplen los pueblos originarios es proteger las cabeceras de ríos, caños y quebradas para garantizar que el agua que “viene desde el corazón de la tierra” no desaparezca y se proteja al “reino acuático”, como lo expresa el sabedor Máximo. Este trabajo es orientado por los abuelos y las autoridades tradicionales desde los mambeaderos, espacios de conversación y espiritualidad que ocurren en las  malokas, consideradas grandes casas de pensamiento.

En la comunidad de Zɨkɨnaima Jorai, ubicada en Puerto Leguízamo, Putumayo, las mujeres y los sabedores siembran y cuidan tres especies de plantas que son regeneradoras del agua: la canangucha, el jifeo y el lagunero.


En este video relato, el sabedor Máximo, coordinador de Cultura de la Asociación de Autoridades Tradicionales y Cabildos de los Pueblos Indígenas del Municipio de Leguízamo y Alto Resguardo Predio Putumayo (Acilapp), muestra cada una de las plantas y explica su importancia en el equilibrio espiritual y en el ecosistema. También hace un llamado a toda la humanidad a no talar más árboles y proteger los caños, los ríos y los nacimientos de agua.

 

Sobre la producción y aprendizajes del video: relato del Colectivo Uai+ma

El video fue realizado por jóvenes del colectivo de comunicación propia Uaiɨma de Acilapp. En la comunidad Zɨkɨnaima Jorai (Lagarto Cocha) registraron los conocimientos sobre las plantas regeneradoras del agua. En este escrito, narran su experiencia de producción y los conocimientos que les entregaron las autoridades tradicionales y mujeres de la comunidad. 

Cuando llegamos a Zɨkɨnaima Jorai (octubre 2024), estaba el abuelo Otoniel Nofuya y nos dio la bienvenida. Nos sentamos en el mambeadero de la jofo ananeko (casa de pensamiento) y acomodamos los equipos, las cámaras y el sonido. Luego, para nuestra cena, nos integramos en las dinámicas de la cocina con las abuelas. 

En el espacio del mambeadero, pedimos permiso para ingresar al territorio y nos tocó asignar a cada compañero y compañra los roles que debíamos cumplir durante la grabación y producción. En la primera noche, se hizo un diálogo con cada persona que estaba ahí y se explicó la importancia de hacer un video sobre las plantas protectoras del agua y cuántos días íbamos a estar en este territorio.

Las autoridades tradicionales nos hablaron de un colectivo de mujeres guardianas del agua en la comunidad, quienes realizaban actividades para evitar la contaminación de la laguna y sembraban árboles para su conservación.

De ahí, nosotros comenzamos a preguntar sobre el origen de la comunidad de Zɨkɨnaima Jorai. Nos relataron que, en un inicio, en este lugar había tres jefes con su maloka. Estaba un señor que vivía en la bocana Jaramillo y, con el tiempo, entregó ese terreno a los indígenas. El abuelo Otoniel comentó que en esa laguna se miraban muchos lagartos negros y que, a finales de los 80, llegaron a la conclusión que le iban a llamar al territorio Lagarto Cocha. Con el tiempo fue llegando más gente hasta que construyeron la ananeko y le buscaron el nombre a la comunidad en una de las lenguas del pueblo Murui: Zɨkɨnaima (lagarto) Joraɨ (cocha). 

En relación al manejo del agua, el abuelo Otoniel nos comentó que antes, cuando ellos llegaron a la laguna, el territorio era muy rico en pescado y tenía mucha abundancia, pero con el pasar del tiempo la comunidad se pobló más, los pescados se fueron acabando y la laguna quedó sin vida, sin peces ni lagartos. Como no les gusta el ruido, todos los animales que había en la laguna buscaron otro lugar donde pudieran estar tranquilos. La comunidad se reunió y hablaron para prohibir la pesca con malla porque se estaba acabando el pescado. Entonces, llegaron a la conclusión de que se podía pescar con anzuelo y métodos tradicionales.

Desde ahí, siguieron pensando en estrategias para que no hubiera crisis de agua, porque la laguna se seca. Como comunidad, formaron el grupo de guardianas del agua para controlar todo ese sistema y que no hubiera esas tumbas (deforestación). Por eso, es vital cuidar las plantas alrededor de la laguna, como el jifeo, la principal, y otra que se llama lagunero. 

En el mambeadero también nos comentaron que para que brotara el agua, las mujeres comenzaron a resembrar plantas alrededor de la laguna, y también manejaron el caño y le hacían mantenimiento. "

Ellas buscaron la forma de mitigar la crisis de sequía en la laguna para que los pescados y los animales repoblaran ese ecosistema. 

Al día siguiente, nos fuimos caminando a donde la abuela Bertha Burbano, a tres horas de camino desde la comunidad. En su casa, rodeada de árboles frutales, la abuela nos relató cuando llegó a Lagarto Cocha, autoproclamándose como una de sus fundadoras.

Dice que en esa laguna había mucho pescado y que lo sacaba con la mano. Ahora, le ponen malla y los dejan en una situación de extinción; hoy, los jóvenes usan otras estrategias.

La abuela, además contó que antes, cuando criaba a sus hijos, ella les enseñaba a hacer sus canastos, a coger agua, a que no sean flojos, y sembraba todas las plantas medicinales por si sus nietos tenían alguna enfermedad.

“¡En esa época, no tenía nada!”, expresó la abuela Bertha. Entonces, pedía alimentos, pero ahora ya tiene árboles frutales alrededor de su casa.

Durante el recorrido, nos mostró el pozo de donde coge agua y nos explicó que años atrás lo tenía muy bonito. Ahora, con la sequía de la laguna, le toca ir más lejos por agua. 

La abuela, también nos mostró todas sus plantas y los alimentos tradicionales que cultivó, como el azaí, el castaño, el copoazú, el arazá, el caimo y el mango. Luego, tomamos jugo de castaño. El mensaje que nos dio es que no debemos estar contaminando el medio ambiente, tumbando tanto, porque así se daña la naturaleza y no tenemos peces para nuestro resguardo, nuestras fuentes principales de agua y alimento.

Ese mismo día hablamos con la profesora Claudia Noteno, quien nos contó de las mujeres como las guardianas del agua. Cuando ella llegó a trabajar como profesora, era mucha la cantidad de peces que cogía en esa laguna. En estos tiempos en los que se están acabando los peces, se nota cada vez más cómo están matando a la madre del agua. Por eso, algunas de las mujeres se organizaron para cuidar las plantas de la laguna y su caudal, para que no se siga secando. Esa es la vida de la mujer, dice la profesora: dar la vida. 

Tras recibir el permiso de los mayores y completar una preparación por parte del colectivo –durante tres días de rodaje para hacer el video, con el acompañamiento y guía del mayor Máximo Joinama–, visitamos la comunidad, navegamos su laguna, conocimos las plantas regeneradoras y su función espiritual y ambiental para el territorio. Además, compartimos en el mambeadero: yetarafue (narraciones, consejos, historias), jɨra (oraciones), kaɨrafue (todo lo que hay en la creación) y ɨgai (línea de conexión espiritual) en los fogones.

De igual manera, participamos en los espacios de diálogo con la comunidad, y observamos la cotidianidad del agua y de las personas que allí habitan.

El compartir alrededor de los conocimientos del agua nos hizo reflexionar sobre su cuidado y su rol indispensable para nuestra pervivencia como pueblos originarios.

Nota. Esta historia hace parte de la serie Territorio del Iaku. Tejido de voces cuidadoras del agua en Putumayo, cocreada por narradoras y narradores de pueblos indígenas, campesinos y comunidades urbanas del piedemonte andino-amazónico colombiano con la orientación editorial de Agenda Propia en su programa de Periodismo Colaborativo Intercultural. Este relato se realizó conjuntamente con el colectivo de comunicación propia Uaiɨma. Con el apoyo de la DW Akademie en el proyecto “Periodismo y protección de la Amazonía”, del que hacen parte Agenda Propia (Colombia), Corape (Ecuador) y Servindi (Perú). 

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