Río Coca, una contaminación que afecta la vida y el sentir de la mujer kichwa amazónica
Líderesas Kichwa amazónicas de la provincia de Orellana, narran con dolor la contaminación de petróleo en río Coca, que ocurrió en abril de 2020.
Imagen ilustrada basada en fotografías del contexto real de las comunidades.
Giovanni Salazar.Consulta este contenido en los idiomas y lenguas
En medio de la selva amazónica de Colombia, los Tanimuka se comunican con su territorio a través de la danza y el canto. Esta historia, realizada desde Wakaya, caserío indígena, en Mirití Paraná, recopila las voces y sentires de un médico tradicional, un cantor, un joven y un niño que representan la esperanza para garantizar que esta práctica, que está estrechamente relacionada con los ciclos de vida de la selva, se transmita a las nuevas generaciones.
Tipo de contenido: Sonoro
Año de realización: 2021
Título de serie: Voces de la Amazonía ¡Escucha, la memoria habla!
Realizado(ra): Waima'aka'ru Omaira Tanimuka Letuama
Lugar: Wakaya, Amazonas, Colombia
La danza y el canto son las manifestaciones vivas de la comunidad indígena en Wakaya, un territorio amazónico bañado por afluentes del río Mirití Paraná, en la Amazonía colombiana, donde jóvenes, niños y mayores bailan para invocar a los espíritus de la selva, sanar el cuerpo, limpiar los pensamientos, y agradecer por las cosechas y la vida misma.
Por: Waima'aka'ru Omaira Tanimuka Letuama.
En la comunidad de Wakaya, en Mirití Paraná, viven más de 20 familias de los pueblos indígenas Tanimuka, Letuama y Brasileños. Su alimento espiritual y físico tiene una relación profunda con la selva a través del canto y de la danza.
En esta pieza sonora se comparten voces de hombres que mantienen viva esta tradición, que a través de los cantos y el baile traen el pensamiento de la selva para relacionarse con ella e integrar la vida comunitaria a su ciclo ecológico y la de sus seres espirituales.
“Todos los bailes tienen su historia y cuando se está bailando se tienen que mencionar algo del origen de un baile, se está mencionando algo que tiene que coincidir con la canción y también aparecen los personajes en ella”, dice José Eladio Tanimuka, cantor principal de la comunidad.
En estos espacios son muy importante dos figuras, el sabedor tradicional y el cantor, que complementan sus conocimientos para cuidar y prevenir las enfermedades, pero sobre todo para alegrar a la comunidad.
José Eladio, como cantor, y Ever Tanimuka, como autoridad tradicional, enseñan a jóvenes y niños como Darío Silva y Emiliano Tanimuka las historias, significados y saberes que están alrededor de la danza para que mantengan vivo este conocimiento que ha garantizado, según José Eladio, que desde el inicio del mundo el ser humano continúe relacionándose en armonía con la madre selva.
Los bailes de esta comunidad son una mixtura de pensamientos. Ever cuenta que los Tanimuka han perdido a través del tiempo muchos bailes, pero que gracias a la unión con otras comunidades se han integrado saberes que les permite convivir.
El docente e historiador Angel Tanimuka explica que según la tradición oral, en tiempos antiguos y de conflictos tribales, los Letuama y los Tanimuka realizaron una alianza para poder pervivir. Los Tanimuka eran muy fuertes en el chamanismo o curación, mientras los Letuama en el baile. Actualmente, ellos comparten estos saberes para mantener la armonía en todo sentido, desde la comunidad hasta los ciclos ecológicos de selva.
Hoy en día, estos espacios de encuentro se acompañan de los trajes tradicionales y de instrumentos como la flauta, el carrizo, el hueso de venado, el caracol, el maguaré y la lanza. “Son instrumentos que se usan, esos son pensamientos recogidos del ritual, con ese sonido ellos limpian el mal pensamiento que viene a dañar el baile”, dice José Eladio.
El canto y la danza son prácticas que las comunidades están fortaleciendo para que todo el conocimiento cosmogónico alrededor de ellas no desaparezca si no que se conviertan en la memoria viva de todo un pueblo.
Notas:
Nota.La serie sonora documental Voces de la Amazonía ¡Escucha, la memoria habla!, fue producida en un proceso de co-creación con periodistas y comunicadores indígenas y no indígenas de la Red Tejiendo Historias (Rede Tecendo Histórias), bajo la coordinación editorial del medio independiente Agenda Propia.
Comparta en sus redes sociales
Comparta en sus redes sociales
Espiritualidad para combatir la sequía que afecta a familias indígenas productoras.
La cosecha de la miel de la abeja melipona, especie sin aguijón, es una actividad ancestral de los pueblos indígenas Totonakus y Nahuas en la Sierra Norte de Puebla, en México. La producción beneficia económicamente a las familias y les permite proteger el territorio, pero hay serias amenazas sobre la actividad.
Un sabedor tradicional, una partera y un cuidador protegen el uso de las plantas, uno de los legados del pueblo indígena Misak. En la casa Sierra Morena siembran más de 200 especies de flora que utilizan para sanar las enfermedades físicas y espirituales de sus comunidades en el municipio colombiano de Silvia, en el departamento del Cauca.
Comentar