Con música andina jóvenes Nasa claman por la paz
Las notas musicales se convirtieron en una forma de rechazo de todos los actos de violencia que han marcado a las comunidades indígenas en el Cauca.
Mujeres Indígenas Nasa Tejiendo.
Edilma Prada Céspedes.Consulta este contenido en los idiomas y lenguas
En el municipio de Caldono, nororiente del Cauca, las mujeres indígenas tejen para recuperar las costumbres ancestrales y recordar las vivencias de la comunidad. Sus hilos y agujas se desplazan movidos por el deseo de aportar a la construcción de paz en una región golpeada por la violencia.
Un grupo de 50 mujeres indígenas, que hacen parte del Programa Mujer de la comunidad Nasa de Caldono, se reúne todos los sábados para hacerle tributo a una de sus tradiciones más enriquecedoras: los tejidos.
Manipulados por sus manos, hilos de distintos colores y texturas hacen memoria. En cada mochila y artesanía recrean situaciones de la cotidianidad, las actividades del campo, la naturaleza, los rituales y, lo más importante, sus pensamientos.
Para Mariela Poscué, coordinadora del Programa Mujer, los tejidos simbolizan vida y esperanza. Cada color utilizado, dice, tiene un significado especial. Por ejemplo, el café hace referencia a la tierra y al trabajo.
“En nuestra cultura se utilizan los colores del arcoíris. Otro color representativo es el amarillo que es poder y energía; el verde, la belleza de nuestra madre naturaleza, y el rojo, la sangre que derramaron nuestros antepasados”, explica Mariela.
Asimismo, cuenta que urden estos hilares para construir mensajes que rechacen la violencia. Entre sus invenciones se encuentra la ‘mochila de paz’, diseñada como símbolo de reconciliación y armonía.
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Espiritualidad para combatir la sequía que afecta a familias indígenas productoras.
La cosecha de la miel de la abeja melipona, especie sin aguijón, es una actividad ancestral de los pueblos indígenas Totonakus y Nahuas en la Sierra Norte de Puebla, en México. La producción beneficia económicamente a las familias y les permite proteger el territorio, pero hay serias amenazas sobre la actividad.
Un sabedor tradicional, una partera y un cuidador protegen el uso de las plantas, uno de los legados del pueblo indígena Misak. En la casa Sierra Morena siembran más de 200 especies de flora que utilizan para sanar las enfermedades físicas y espirituales de sus comunidades en el municipio colombiano de Silvia, en el departamento del Cauca.
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