Hilar la memoria para construir paz
Las mujeres indígenas tejen para recuperar las costumbres ancestrales y recordar las vivencias de la comunidad.
Integrantes de la agrupación musical Sonidos de Nuestra Tierra (Wejxa Kiwe en Nasa).
Edilma Prada Céspedes..Consulta este contenido en los idiomas y lenguas
Las notas musicales, con aires andinos, se convirtieron en una forma de manifestación de rechazo de todos los actos de violencia que han marcado a las comunidades indígenas en el Cauca.
La agrupación de música tradicional y andina latinoamericana, Sonidos de Nuestra Tierra (Wejxa Kiwe en Nasa) se creó en el Resguardo Indígena de Pueblo Nuevo, municipio de Caldono. El grupo compuso la canción Depende de ti, la cual hace referencia a la violencia, las víctimas y los daños que causa el conflicto armado, mientras invita a proponer nuevas ideas para el cambio y aportar para la paz.
“Esta absurda guerra que nos ha robado padres, hermanos. Amigos míos han dejado ilusiones y sueños que no volverán (…) llénate de ideas y no de intereses, que el futuro solo depende de ti, ven de prisa amigo, la hora ha llegado”, dice la canción, considerada un documento de expresión y memoria.
Sonidos de Nuestra Tierra es integrada por diez jóvenes indígenas, quienes en una vivienda rural del silencioso Pueblo Nuevo, se reúnen para componer y cantar. Los comuneros desarrollan sus melodías apoyados de instrumentos como quenas, flautas, tamboras y guitarras, haciendo vibrar la zona montañosa de la región a través de armonías que le cantan al amor, a la madre naturaleza, a los espíritus, a sus antepasados, a los mayores y a la vida.
Escucha una de sus canciones aquí:
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Espiritualidad para combatir la sequía que afecta a familias indígenas productoras.
La cosecha de la miel de la abeja melipona, especie sin aguijón, es una actividad ancestral de los pueblos indígenas Totonakus y Nahuas en la Sierra Norte de Puebla, en México. La producción beneficia económicamente a las familias y les permite proteger el territorio, pero hay serias amenazas sobre la actividad.
Un sabedor tradicional, una partera y un cuidador protegen el uso de las plantas, uno de los legados del pueblo indígena Misak. En la casa Sierra Morena siembran más de 200 especies de flora que utilizan para sanar las enfermedades físicas y espirituales de sus comunidades en el municipio colombiano de Silvia, en el departamento del Cauca.
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