El centro de pensamiento, símbolo de la lucha sin armas
El lugar donde se desmovilizó el movimiento armado indígena Quintín Lame, hoy es un colegio.
Valla publicitaria de la emisora Voces de Nuestra Tierra en Jambaló, Cauca.
Edilma Prada Céspedes..Consulta este contenido en los idiomas y lenguas
La emisora Voces de Nuestra Tierra, ubicada en el municipio de Jambaló, les lleva a los pueblos indígenas Nasa y Misak mensajes de paz y esperanza en medio del conflicto armado. A través de sus ondas recuperan las costumbres, difundiendo música tradicional y emitiendo programas en lenguas nativas.
Cuando en Jambaló retumban las balas, el valor de la palabra toma fuerza. Por las ondas del dial 107.4 FM de la emisora Voces de Nuestra Tierra, jóvenes locutores indígenas se llenan de valor para hacerle frente a la violencia con mensajes de esperanza.
Voces de Nuestra Tierra, en funcionamiento desde hace 19 años, es parte de los colectivos de comunicación de las 12 emisoras que componen la Asociación de Medios de Comunicación Indígenas de Colombia (Amcic). La emisora fue constituida por el cabildo indígena de Jambaló con el deseo de unir a sus comunidades, informar sobre sus procesos y darle valor a la palabra.
Al igual que varios municipios del nororiente caucano, Jambaló ha sido un pueblo azotado por la violencia y la infraestructura de la emisora ha soportado los embates de la guerra.
Tras atentados de las FARC, la emisora ha salido del aire en dos oportunidades. Sin embargo, la lucha del equipo detrás de los micrófonos la han sacado adelante. Voces de Nuestra Tierra no solo informa del conflicto armado, sino también de las historias de supervivencia de los pueblos, de la cosmogonía, sus tradiciones, cultura, lenguas y la cotidianidad de esta región de clima frío y ambiente tranquilo.
Entre sus logros se destaca el Premio Emprender Paz que recibieron en octubre de 2008, de manos de la cooperación alemana, por su incidencia pública para la construcción de paz.
Hoy, cuando los vientos de paz soplan más fuertes, los comuneros de Voces de Nuestra Tierra se preparan para difundir en sus espacios noticiosos lo que para ellos representa armonía y esperanza.
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Espiritualidad para combatir la sequía que afecta a familias indígenas productoras.
La cosecha de la miel de la abeja melipona, especie sin aguijón, es una actividad ancestral de los pueblos indígenas Totonakus y Nahuas en la Sierra Norte de Puebla, en México. La producción beneficia económicamente a las familias y les permite proteger el territorio, pero hay serias amenazas sobre la actividad.
Un sabedor tradicional, una partera y un cuidador protegen el uso de las plantas, uno de los legados del pueblo indígena Misak. En la casa Sierra Morena siembran más de 200 especies de flora que utilizan para sanar las enfermedades físicas y espirituales de sus comunidades en el municipio colombiano de Silvia, en el departamento del Cauca.
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