Venezuela

Transcripción de la pieza sonora Pompilio, vamos a hablar baré

Jul 13, 2022 Compartir

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(IDENTIDAD SONORA DE LA SERIE) 

(SONIDO DE AVES Y DEL TERRITORIO) 

[Pompilio Yacame]: “Taina wini, nú inaja Pompilio Yacame, indígena Baré, awejeni nutanaka Simeón Rojas abi iyute ibanase escuela Pompilio Yacame y nicho lingüístico Kisiyuli Jani adi wakadekadaka miyali benu wajáluku”.

[Traducción]: Muy buena tarde, mi nombre es Pompilio Yacame. Aquí estamos con el licenciado Simeón Rojas, donde estamos haciendo un trabajo de grabación en la casa de la escuela Pompilio Yacame, me refiero a la escuela baré, y en la misma sede también del nicho lingüístico Kisiyuli Jani.

[Simeón Rojas]: Él es Pompilio Yacame, anciano del pueblo indígena Baré. Nos ha saludado en su lengua materna: el baré. 

Nació en 1945 en Solano, municipio Río Negro, del estado Amazonas en Venezuela, territorio que, al igual que muchos de sus ancestros, tuvo que abandonar por la esclavización, la violencia, la entrada de mineros, comerciantes deforestadores y la colonización. 

A sus 11 años salió a buscar las oportunidades de estudio que solo tenían los colonos.

(CANTO DE NIÑOS EN IDIOMA BARÉ)

[Simeón Rojas]: Ahora Pompilio, en ese proceso, ¿estabas allí internado? 

[Pompilio Yacame]: Interno, sí. 

[Simeón Rojas]: ¿Y el idioma?

[Pompilio Yacame]: No, el idioma ya yo movía. Cómo te digo, ya no, el idioma lo había dejado atrás, ya yo estaba aprendiendo el idioma, el español pues, escribir y hablar, y aquella cuestión, aquello como que no fuera existido para mí, eso se quedó, yo más nunca le di importancia, tan solo cuando mi mamá me hablaba en las vacaciones, ok, pero yo como le digo, yo no lo hablaba, sino que lo escuchaba, pues, lo entendía.

[Simeón Rojas]: Pompilio estudió en una escuela dirigida por religiosos en San Fernando, capital del municipio Atabapo, punto de encuentro de los ríos Atabapo y Guaviare con el río Orinoco. En ese entonces, cuenta que sólo cuando volvía a casa con su mamá, Catalina Fermín, escuchaba su lengua de nombre: baré.

Así lo relata al contar que un día fue con ella al conuco, lugar en la selva donde los indígenas siembran y cosechan los alimentos, y se salvaron por poco del ataque de unos báquiros, especie similar al jabalí o al chancho.

[Pompilio Yacame]: Casi que no llegaba, me decía mi mamá “quietico hijo” (bimatikainda biyada bijuina) “cuidado, cuidado te vas a caer” (mekalukani bekeje jabiya), “te van a morder ahora los báquiros”, y yo quietico ahí. Bueno, como cinco o seis minutos esos bichos ahí tratando de…, se fueron. Nos bajamos (bimuda bitémuda wayejewa mekasa maka), “cuidado, escucha, cuidado ya van a venir otra vez”, porque ella no me hablaba castellano, me hablaba todo en baré.

[Simeón Rojas]: Pompilio terminó hasta sexto grado porque no habían más cursos para seguir estudiando en la escuela que había en aquel momento en Atabapo. Entonces tuvo que desplazarse a Caracas, la capital de Venezuela. Entre las oportunidades que había estaba ser militar o ser sacerdote, pero a sus 19 años su destino era comenzar a trabajar como educador.

(SONIDO DE NIÑOS HABLANDO CON FONDO DE SONIDO DE AVES) 

[Pompilio Yacame]: La profesora Nicia Escobar me dijo que había un trabajo por allá en Lau Lau. “¿Y dónde es eso?”. No allá es lejos, le digo, porque… de maestro. “Y yo te pregunto pues si tú dices que sí, bueno vamos, porque yo estoy pendiente de ti que no te vaya a gustar por allá tan lejos”. Digo: “bueno vamos pues, qué vamos a hacer, no podemos estar aquí sin hacer nada, que un jabón, una cosa, una sal, lo tiene que comprar tu mamá”, y le dije a mi mamá y me dijo: “bueno, hijo, váyase”. Y nos fuimos.

[Simeón Rojas]: Lau Lau es una comunidad que queda en el río Orinoco, casi llegando a una población llamada La Esmeralda. Pompilio inició así, bajo unas condiciones muy precarias, su trayectoria como docente al lado de Alicia Morillo, Baré como él, y quien en estos caminos se convirtió en su pareja de toda la vida. 

Con Alicia estuvieron en varios lugares de la Amazonía enseñando, hasta que en 1984, cuando ya tenían con ellos a siete de sus ocho hijos, viajaron a Puerto Ayacucho. Ahí su madre le recordó que tenía una misión.

[Pompilio Yacame]: Ya como en el 98, le digo: “mamá, ya tú está viejita y sabe que uno siempre tiene la muerte por delante”, le dije, “de verdad, hijo”, dice ella, “pero bueno, qué vamos a hacer. Menos mal que ya tú estás grande y tú entiendes mi idioma, no lo vaya a dejar acabar”, dice ella, “que este es muy importante, enseñarles a tus hijos”. Entonces cuando ella muere en el 2000, yo quedo con esa recomendación que me dio, ¿verdad? Me puse a pensar, no, yo voy a dar el curso de baré. Yo no lo sabía pronunciar muy bien, pero yo tenía aquello que se me hacía fácil porque yo sabía cómo se decían las cosas, ¿verdad? Ahí es donde nace el baré y ahí es donde me contratan en el Mácaro porque yo ya tenía ese ruido de baré.

[Simeón Rojas]: El Mácaro, que es el nombre de una extensión universitaria que gradúa a docentes en Venezuela, fue el lugar en donde estudió para convertirse en profesor. ¡Un gran paso! 

Él empezó a ser parte de las personas que enseñaban idiomas indígenas en las universidades. Y aquí Pompilio Yacame comienza a materializar el consejo de su madre con la iniciativa de crear lugares propios de enseñanza para rescatar el idioma de su pueblo Baré.

(SONIDO DE MAESTRA DANDO CLASES DE LOS NÚMEROS EN BARÉ Y CANTOS DE NIÑOS) 

[Pompilio Yacame]: Nos encontramos en estos momentos en la sede de la escuela Pompilio Yacame y también es sede del nicho lingüístico Kisiyuli Jani.

Yo soy el coordinador de esta escuela donde estamos, pues, fortaleciendo nuestro idioma, tanto en la escuela Baré Pompilio Yacame como en el nicho lingüístico.

Aquí le enseñamos el idioma a los adultos en la escuela, el idioma baré, me refiero, y en el nicho lingüístico también le enseñamos el idioma baré, pero a los niños desde un año en adelante hasta los 6, 7, 8 hasta 13 años.

(CANTO DE NIÑOS EN IDIOMA BARÉ) 

[Simeón Rojas]: Pompilio, tú empezaste el proceso del baré con adultos, pero ahora están trabajando con niños, ¿qué pasó allí?

[Pompilio Yacame]: El niño prácticamente, este, según los pedagogos, la gente que saben, que los niños aprenden más rápido que los adultos, se adaptan, y segundo porque los niños tienen más permanencia en la vida que los adultos. Hay que afincarnos es en los niños, porque esos son, los niños son nuestro relevo, son los que van a quedar con el idioma, en cambio ya el adulto a lo mejor también se puede encaminar, pero su tiempo de vida va a ser corto.

[Simeón Rojas]: Los nichos lingüísticos son lugares de formación que son impulsados por los pueblos indígenas de la Amazonía venezolana en Puerto Ayacucho, para rescatar su idioma y su cultura que se fue debilitando. 

Esto debido a la migración, la invasión de sus territorios ancestrales, la falta de condiciones socioeconómicas y, como lo cuenta Vidal y Zucchi en su libro “Efectos de las expansiones coloniales en las poblaciones indígenas del noroeste amazónico”, por la pérdida de su autonomía política y económica debido a un sistema de endeude, dominación, extracción y esclavitud, que desde 1798 los colonos que venían desde Brasil impusieron en las comunidades.

[Pompilo Yacame]: Tenemos tres nichos lingüísticos baré. Está el nuestro, que es nicho lingüístico Kisiyuli Jani, que significa Pichón de Arrendajo; está el de la profesora Nieve Azuaje, este Kawei Miye, que significa Nido de Guacamaya, y está el de la profesora Elsa Deremare que se llama Pichuchukuri Miye, que quiere decir este Nido de Pico de Plata. Pico de plata es un pajarito rionegrero, que hay mucho en los conucos y bueno, en las casas, en alrededor de la casa, es un pajarito común, y esos son los tres nichos que tenemos hasta ahora.

(SONIDO DE AVES. SONIDOS DEL TERRITORIO DE FONDO)

[Simeón Rojas]: ¿Y hay uno en formación, el de Dixon? 

[Pompilio Yacame]: El de Dixon, se me olvidaba, el de Dixon que también es el más reciente de todos, pero ahí está.

[Simeón Rojas]: Más de 80 niñas y niños asisten varios días a la semana a los cuatro nichos lingüísticos que están ubicados en Puerto Ayacucho para recibir clases de baré y hacer otras actividades de carácter cultural y recreativas. 

Los nichos funcionan en casas de familia, estacionamientos o patios, y esto se logra gracias al apoyo de varias personas de la comunidad Baré, entre ellas, una de las hijas de Pompilo, Menca Yacame.

Menca es una alegre profesora en educación preescolar, que siguiendo la huella de su padre se ha interesado mucho por el idioma y la cultura de su pueblo. Ella enseña en el nicho ubicado en el sector Loma Verde.

[Menca Yacame]: Nosotros aquí en el nicho lingüístico Kisiyuli Jani tenemos la responsabilidad de fortalecer el idioma baré. ¿Cuál es la dinámica que tenemos? Nosotros combinamos la educación propia, pero en vista de que estamos en un espacio urbano combinamos también parte de lo que tiene que ver con las actividades didácticas de la educación occidental, pues.

Debido a que a veces se nos hace difícil conseguir los recursos propios del pueblo, por ejemplo, utilizamos lo que son lo que se denomina como materiales alegóricos y materiales naturales, pero en sí, las dos alternativas es con el propósito de que ellos aprendan el idioma originario.

(CANTO DE NIÑOS EN IDIOMA BARÉ) 

[Simeón Rojas]: En un barrio del centro de Puerto Ayacucho funciona el nicho lingüístico Nupjani Wayeni, allí asisten 22 niñas y niños, entre ellos Miguel.

[Miguel Dacosta]: Mi nombre es Miguel Dacosta, tengo 10 años, mi papá es Baré, mi mamá no es Baré, a mí me gusta mucho estar aquí porque cada día aprendo cosas nuevas. Me gusta la creación de los juegos, me gusta aprender y me gusta hablar baré, porque yo no hablaba baré, yo vine a hablar baré fue por mi tío Dixon, porque yo primero me inscribí fue en zanco, después de zanco íbamos a hablar baré, los que querían, querían. Y… yo dije: “yo sí quiero” y aprendimos primero fue los números, después los colores y otras palabras nuevas más y no, todo bien”.

[Simeón Rojas]: Al otro lado de la ciudad, en un sector llamado San Enrique, Nieves Azuaje, una profesora Baré, también se unió a este sueño de revitalizar el idioma, tanto que fundó en su propia casa: el nicho Kawei Miye a donde llegan entre 25 y 30 niñas y niños. Nieves dice que los resultados han traspasado el aula de clases que tiene en su casa y se han tomado la calle, la vida cotidiana de las personas.

[Nieves Azuaje]: Y yo he visto que mucha gente se ha incorporado y han aprendido. Aquí en el sector pues nadie hablaba baré, y tú puedes escuchar ahora por aquí casi todo el mundo dice: Yajaneina wini (buenos días), ate pakateba (hasta pronto), taina wini (buenas tardes). Los familiares de los niños, en estos días el vecino escuché que le dijo a la niña cuidado con la dusia, dusia es cabeza, claro no dicen la oración completa, pero por lo menos ya una palabrita. Entonces no solamente en el nicho están aprendiendo los niños sino en su casa los niños comentan, los niños practican y ya los padres una que otra palabra, pero la están aprendiendo y poco a poco, yo sé que poco a poco vamos a lograr cosas muy grandes.

[Simeón Rojas]: Al nicho de Nieves Azuaje asisten Eliany de 10 años y José Luis de 8. Mientras juegan, Eliany nos cuenta cómo ha sido su proceso de aprendizaje en el Nido de Guacamaya, la traducción en español de Kawei Miye.

[Elianys]: He aprendido muchas cosas. He aprendido muchas cosas en el nicho, y es muy importante para mí estar aquí para hablar esta lengua.

[Simeón Rojas]: ¿Cómo te llamas tú? 

[José Luis]: José Luis

[Simeón Rojas]: ¿Cuántos años tienes? 

[José Luis]:

[Simeón Rojas]: Ocho años. José Luis, ¿qué te gusta hacer en el nicho?

[José Luis]: Bueno, me gusta porque puedo aprender muchas palabras, porque aprendo cosas, la cultura Baré y eso.

[Simeón Rojas]: ¿Y has aprendido algo de baré? 

[José Luis]: Sí, muchas cosas

[Simeón Rojas]: ¿Cómo cuáles, por ejemplo?

[José Luis]: Como… una poesía

[Simeón Rojas]: ¿Como cuál?

[José Luis]: La mariposa: Katju, katju, najayán deka iwiji ute iwiji

Abi bidanábatisitu mawinu

Esparces wala púmeni.

Abeuku danakán kamuju

Bini bílana wáyaka 

Abi bisaya deka color

Biwáyeni wala lugar.

(Mariposa, mariposa, que vuelas de flor en flor

Con tus alitas hermosas

Esparces todo el olor.

Cuando calienta el sol

Sales a danzar

Con tu vestido de color

Alegras todo el lugar).

[Simeón Rojas]: La iniciativa tomada por Pompilio Yacame hoy ha agarrado cuerpo y está extendida en Puerto Ayacucho y en otros pueblos indígenas como Baniva, Warekena y Yabarana, que también han creado sus nichos para sacar de la amenaza de desaparición a sus idiomas.

[Pompilio Yacame]: Ahí es donde yo tengo, pues, esa, esa esperanza que esta gente lo lleven hacia adelante. 

[Simeón Rojas]: ¿El mismo trabajo que está haciendo Dixon?

[Pompilio Yacame]: Ah, el trabajo de Dixon es la manera pues, en que los veo, pero hay que tener mucho cuidado y hay que estar pendiente, interesarse en esto, porque si aflojamos digo que va a sufrir una fractura, pero si nosotros nos empeñamos tenemos esperanza que sea así.

[Simeón Rojas]: Y es que la esperanza para la permanencia del idioma baré, Dixon Dacosta, coordinador del nicho lingüístico Nupjani Wayeni, ubicado en el barrio Cataniapo, la pone en los más pequeños.

[Dixon Dacosta]: Mientras haya niños la tradición no desaparecerá, mientras haya niños la cultura no va a desaparecer, mientras haya adultos conscientes, con sentido de pertenencia y sentido de identidad, la cultura no va a desaparecer, y por lo tanto, todo lo que está alrededor de una cultura, su gastronomía, su baile, su técnica de pesca, su técnica del conuco, su idioma y su manera de ver el mundo.

[Simeón Rojas]: Esa esperanza en las niñas y niños para que resurja el idioma baré la tiene Miguel, perteneciente al nicho Nupjani Wayeni.

[Simeón Rojas]: Ahora Miguel, ¿tú consideras que eres de alguna manera de aprender a hablar completamente el idioma, eres una esperanza para rescatar el idioma?

[Miguel Dacosta]: Sí, si me apoyan, sí, si me dicen que sí puedo yo estoy, yo lo apoyo.

[Simeón Rojas]: ¿Estás dispuesto a hacer todo lo que esté a tu alcance para aprender a hablar baré?

[Miguel Dacosta]: Sí. 

[Simeón Rojas]: ¿Qué le dices tú al resto de los niños, de los jóvenes, que te puedan escuchar, pero que no participan en el nicho, que son del mismo pueblo Baré?

[Miguel Dacosta]: No, que vengan, que no piensen que los van a gritar, los van a regañar no, o sea, que primero lo hagan de buena si quieren estar o no, y de segunda parte también que dejen la pena, porque la pena no sirve para nada.

[Simeón Rojas]: Con el trabajo en los nichos lingüísticos y con más personas como Nieves, Menca y Dixon más las niñas y niños, el baré va a trascender más allá de la vida de Pompilio Yacame, el último hombre hablante de este idioma originario de la Amazonía venezolana.

[Simeón Rojas]: Idúwali.

[Pompilio Yacame]: Idúwali, nusani nudeka idúwali licenciado Simeón, iku alí jwananiji idekádaka. Le quiero dar las gracias a Simeón por este trabajo que hemos hecho.

[Simeón Rojas]: Esta historia titulada: Pompilio, vamos a hablar baré. Realizada por Simeón José Rojas, para Agenda Propia, conjuntamente con el medio Kapé Kapé. Mentoría editorial: Paola Jinneth Silva. Edición sonora: Juan Esteban Díaz. 

Agradecimientos a Pompilio, Menca Yacame y a los niños y niñas del nicho Kisiyuli Jani; a Nieves Azuaje y a los niños y niñas del nicho Kawei Miye; a Dixon Dacosta y a los niños y niñas del nicho Nupjani Wáyeni.

Dedicado al pueblo Baré y a todos los pueblos indígenas de la Amazonía venezolana que resisten porque su idioma no muera.

Sonidos de ambiente de la ciudad de Puerto Ayacucho, capital del estado Amazonas, Venezuela.

Las canciones y poemas son interpretadas por niñas y niños de los nichos Kisiyuli Jani, Kawei Miye y Nupjani Wayemi, miembros del pueblo indígena Baré asentados en los sectores Loma Verde, Cataniapo y San Enrique de la ciudad de Puerto Ayacucho, estado Amazonas, Venezuela, 2023.

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