Yulimar Sánchez, Nereo Silva y Sandy Olimar Sánchez del pueblo Huottöja en compañía de representaciones de su territorio, como el río Pörinäri Ajemä, el puente Cataniapo, el árbol de la vida y el cerro Autana. Crédito: Imagen compuesta con fotografías del territorio e ilustraciones realizadas por Giovanni Salazar Castañeda de Agenda Propia.

Venezuela

Pörinäri Ajemä, río esmeralda que da vida

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Jul 13, 2023 Compartir

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Sinopsis 

El río Cataniapo es la única fuente de agua dulce de Puerto Ayacucho, capital del estado Amazonas, en Venezuela. El Pörinäri Aje o Ajemä, como lo conoce el pueblo indígena Huottöja en su lengua propia, y que traduce al castellano río verde, no sólo sirve de sustento a las 35 comunidades que se ubican en sus riberas, sino que el correr de sus aguas también garantiza la pervivencia de su cultura. En momentos en los que la amenaza de la minería es cada vez más real, este pueblo, uno de los 21 registrados en la Amazonía venezolana ante el Ministerio del Poder Popular para los Pueblos Indígenas, intenta resistirse a la explotación de sus recursos y hace un llamado para que la protección del río sea compartida por todas las comunidades, indígenas o no. Acabar con el Pörinäri Aje, dicen, es terminar con su pueblo.

Ficha técnica

Tipo de contenido: Sonoro 
Año de realización: 2023
Título de la serie: Conuco de historias indígenas en resistencia. Un viaje sonoro por la Amazonía venezolana.
Equipo realizador: Osdaly Aponte y Kisme Evaristo, con apoyo editorial de Nathalia Salamanca. 
Lugar: Puerto Ayacucho, Venezuela.
Duración: 00:17:50

Pörinäri Ajemä, río esmeralda que da vida

El río Cataniapo o Pörinäri Aje o Ajemä, como lo conoce el pueblo indígena Huottöja en su lengua propia, y que traduce al castellano río verde, no sólo sirve de sustento a las 35 comunidades que se ubican en sus riberas, sino que también garantiza la pervivencia de su cultura. El río, principal fuente de recursos hídricos de Puerto Ayacucho, capital del estado Amazonas, se enfrenta a una amenaza real por la minería, y diversas voces insisten en la corresponsabilidad en su protección tanto desde los pueblos indígenas como de los criollos.

Los Huottöja, que en lengua propia del mismo nombre significa “gente con conocimiento”, están entre los 21 pueblos del estado Amazonas reconocidos por el Ministerio del Poder Popular para los Pueblos Indígenas de Venezuela. También conocidos como Piaroa, los Huottöja se dedican a la agricultura y habitan principalmente en zonas boscosas. Gran parte de sus comunidades, unas 35, se ubican en las riberas del río Cataniapo.

El Pörinäri Ajemä o río verde, como los Huottöja llaman a este afluente, se extiende unos 108 kilómetros desde su nacimiento en las montañas que dividen a los municipios Atures y Manapiare, hasta la desembocadura en la margen derecha del río Orinoco. Sus aguas abastecen a todas las comunidades cercanas a sus riberas (pueblos como los Huöttöja, Jivi, Curripaco y Baré, y a criollos y extranjeros, principalmente colombianos), así como también a los más de 180 mil habitantes de Puerto Ayacucho.

En el estado Amazonas de Venezuela, este río se ha ganado el respeto de muchos, principalmente el de este pueblo indígena ancestral que, durante años, lo ha cuidado con la convicción de que les ha dado la vida. Cuenta la leyenda, según el sabio Nereo Silva, que los ríos, las selvas y las montañas están conectados como un todo, como un solo ser vivo mitológico, y cada espacio, sus piedras, sus árboles, sus corrientes, han servido como refugio o escenario de hechos históricos de este pueblo.

El Cataniapo fue testigo de la llegada de los Huottöja en el siglo XVII y ha visto cómo se han formado las comunidades y la manera en que sus aguas soportan los rituales de limpieza y de pureza de sus mujeres. Estas aguas les sirven de principal salvaguarda porque además de brindarles protección espiritual, los limpia y aleja los malos espíritus.

“Para mí como persona Huottöja, el río es lo más importante que pueda haber en el universo porque nosotros venimos de las raíces de ese río y del árbol de la vida es que viene es la protección de nosotros, porque de ella podemos beber y podemos comer y podemos protegernos a nuestro ser del agua, y entonces ese es como un sagrado de nosotros”, dice Sandy Olimar Sánchez, mujer nativa Huottöja, líder social, emprendedora y promotora turística. Sandy dice que su misión en esta vida es lucha por promover y dar a conocer su cultura.

Héctor Escandell García, geógrafo, profesor universitario e integrante de la Red de Defensores y Defensoras de Derechos Indígenas y Derechos de la Naturaleza del estado Amazonas explica que la cuenca del río Cataniapo, por su relevancia geoestratégica, fue decretada en el año 1992 como una zona protectora de cuenca hidrográfica, categoría de Administración Especial que intenta proteger la calidad ecológica de la cuenca.

“En el reconocimiento de que es una cuenca habitada, pues la figura lo que persigue es que los usos que se hagan en la cuenca sean cónsonos con la necesidad de conservar calidad y cantidad de agua. En consecuencia amerita una corresponsabilidad no solo desde las instituciones públicas sino desde los mismos pobladores”, dice.

En la actualidad, el río está bajo la amenaza de la minería, lo que genera enfrentamientos entre miembros de las comunidades, ya que mientras algunos hablan de protección y cuidado, otros defienden su uso de esta manera para garantizar ingresos y sostener a sus familias. En 2015, grupos irregulares intentaron ingresar, sin éxito, a la zona donde nace el río Cataniapo para extraer minerales como el coltán, el estaño y el oro. Sin embargo, esta práctica ha iniciado a manos de miembros de las mismas comunidades indígenas.

La participación de indígenas en la minería ha motivado el desarrollo de asambleas de chamanes, caciques y líderes, máximas autoridades ancestrales, para tomar decisiones y evitar enfrentamientos entre familias del mismo pueblo por el choque respecto a sus visiones de protección y uso del territorio. Justamente, en busca de soluciones, el 3 de febrero de 2023, con la presencia de representantes de la Defensoría del Pueblo, Ministerio Público y Ministerio de los Pueblos Indígenas, los líderes realizaron una asamblea para constituir la Jurisdicción Especial Indígena para enjuiciar y sentenciar a las personas por hechos que vayan en contra de la cultura Huottöja. En la asamblea se definió que las autoridades pueden expulsar a los miembros del pueblo que practiquen la minería en cualquier parte de la cuenca hidrográfica.

Sin embargo, dicen los que saben, como en muchas otras oportunidades, será el río el que intervendrá para solucionar el problema a través de sus dioses mitológicos y con el apoyo, sin lugar a dudas, de sus más fieles protectores: el pueblo Huottöja.

“Para nosotros el río Pörinäri Aje, el río Cataniapo es valioso, es importante, y fue respetado siempre. Por eso es que nosotros, los que somos de este tiempo, los que vivimos en este tiempo también lo respetamos, porque nuestros antepasados lo respetaron y lo cuidaron”, asegura Nereo Silva sabio del pueblo indígena Huottöja.

Hoy más que nunca, es de vital importancia mantener el Cataniapo. Los niños, las niñas y las generaciones venideras merecen disfrutar de esta riqueza cultural que los ha identificado a lo largo de la historia. Los abuelos o shamanes, máxima autoridad del pueblo, siguen inculcando en sus descendientes lo que ha representado y aún representa para ellos el Pörianäri Ajemä.

Nota. La serie documental “Conuco de historias indígenas en resistencia. Un viaje sonoro por la Amazonía venezolana” nació de un proceso de cocreación de periodistas y comunicadores indígenas y no indígenas de Venezuela y Colombia, parte de la Red Tejiendo Historias. La coordinación editorial estuvo a cargo del medio independiente Agenda Propia.

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