América Latina

Manifiesto #LaPalabraEnRiesgo: Comunicamos para sanar la memoria

May 3, 2023 Compartir

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“Periodistas, narradores y comunicadoras interculturales estamos en el corazón de los territorios para visibilizar las realidades de las comunidades. Comunicar abre cicatrices históricas y con nuestro trabajo, como mensajeros, tocamos heridas porque estamos sanando la memoria del colonialismo, el extractivismo, el racismo, el machismo y violencias sobre el cuerpo-tierra”.

Con este mensaje, que nació de un Círculo de la Palabra virtual, la Red Tejiendo Historias, promovida por el medio independiente Agenda Propia, se suma hoy, 3 de mayo, al Día Mundial de la Libertad de Prensa. Nosotras y nosotros, periodistas y comunicadores indígenas y no indígenas de Abya Yala (América Latina) hacemos un llamado a hacer visibles las dificultades, retos y situaciones que nos están silenciando. 

Nuestras voces desde México, Guatemala, Panamá, Colombia, Ecuador, Venezuela y Chile se suman al primer manifiesto cocreado en 2022 #LaPalabraEnRiesgo: voces del territorio por la vida por integrantes de la Red Tejiendo Historias de Colombia y zonas de frontera.

En el espacio virtual, realizado el miércoles, 26 de abril de 2023, se expusieron distintas violaciones al derecho a la libertad de expresión que atraviesan a los grupos étnicos de la región:

Creemos que por estar en el territorio, informando desde la raíz, somos doblemente invisibilizados. Aún así, confiamos en que con nuestras narrativas propias ayudamos a sanar y a proteger a las comunidades. "

En México, periodistas no indígenas y comunicadoras del pueblo originario Náhuatl denuncian que los crímenes contra ellos y ellas no cesan en los territorios. Este país sigue siendo uno de los más peligrosos en el mundo para ejercer la labor de informar, como también lo reportan organizaciones defensoras de la libertad de expresión, entre ellas Reporteros Sin Fronteras.  

Al dolor de “silenciar al mensajero”, como lo expresó una de las narradoras Náhuatl, se suma la impunidad. Colegas indígenas Maya Kaqchiquel y Ch'orti' de Guatemala plantean que denunciar es desgastante porque el sistema de justicia es muy lento para investigar y brindar protección a las y los comunicadores que son amenazados, agredidos, hostigados y criminalizados cuando incomodan al poder y a los intereses de empresas extractivistas. Así, por ejemplo en Chile, una comunicadora Mapuche asegura que, cuando se denuncian irregularidades, se han ordenado arrestos contra periodistas sin el derecho al reclamo y a la defensa.

La autocensura es una estrategia de autoprotección a la que acuden periodistas indígenas y no indígenas que habitan los territorios. Las persecuciones y el silencio hacen que en las comunidades no se cuestionen o visibilicen las situaciones de vulneración de los Derechos Humanos y los conflictos socio ambientales. Para evitar problemas, “el contenido de los medios sólo se enfoca en visibilizar lo bonito de la cultura”, dicen comunicadoras Kichwa Cañari de Ecuador. 

Ellas también aseguran que por ser mujeres viven una doble invisibilización debido al machismo porque es difícil comunicar cuando “se quiere ayudar hacia afuera sin haber empezado a sanar desde adentro”, es decir, a sí mismas y a sus propias comunidades. Cuando no se reconoce el liderazgo de las mujeres en sus territorios y en los medios, se desestimula que otras ejerzan la labor de narrar y de informar, y quedan expuestas a más riesgos.

El miedo también se hace presente en regiones que comparten fronteras. Uno de los casos es el de La Guajira, entre Colombia y Venezuela, en donde las y los comunicadores del pueblo Wayuu reportan que la militarización, las dinámicas de ilegalidad, la folclorización de las comunidades, las industrias extractivistas y la extrema pobreza dificultan informar sobre sus realidades. En Venezuela, en la Amazonía, la casa grande de los pueblos Jivi, Yanomami, Baré, Uwottuja (Piaroa) y Baniva, en la frontera compartida con Colombia y Brasil, la ausencia de datos e información también afecta la producción de historias periodísticas. 

Desde Colombia se suman voces de alerta porque la independencia de los medios locales e indígenas está en riesgo debido a que la publicidad del Estado y de las empresas extractivas divide a los pueblos, como es el caso del Emberá Chamí en Risaralda y del Inga en Putumayo. Por ello, hacen un llamado a fortalecer la sostenibilidad y los contenidos que se producen en lengua materna. A esta situación se unió la voz de una comunicadora Tikuna de la triple frontera Amazónica en Perú, Colombia y Brasil, para recordar que garantizar la inclusión de la comunicación propia con el contexto espiritual, territorial y cosmogónico permite que la información llegue de manera apropiada a las comunidades.

En la región se está limitando el acceso de los pueblos originarios al derecho a crear sus propios medios de comunicación. En Panamá, un comunicador Gunadule explica que el gobierno les pone obstáculos a los indígenas para tener una radio porque es “bastante costoso, el Estado no tiene voluntad y quienes se atreven a hacer emisoras son multados”. Esta situación también se presenta en el sur del continente, en donde colegas Mapuche de Chile comentan que “no hay una política para que los pueblos originarios puedan crear sus medios” debido al desconocimiento, la marginación y el racismo que existen en el país austral hacia las comunidades indígenas. 

No tener voz en los medios de comunicación en las urbes, ni apoyo para crear medios interculturales es una situación que dificulta visibilizar y transformar las realidades de los diferentes grupos étnicos, ya sea directamente en sus territorios o en las ciudades, a donde también llegan en condición de migrantes, como alerta un colega Kichwa. Es urgente facilitar la existencia de canales de comunicación que permitan fortalecer la cultura, visibilizar las situaciones particulares a las que se exponen los pueblos que migran y acompañar la construcción de comunidad.

 Desde la Red Tejiendo Historias manifestamos que nos preocupa:

  • La garantía del derecho a la vida de comunicadoras y comunicadores que narran las realidades y los sentires de los pueblos indígenas, las comunidades étnicas y de la Madre Tierra. Ellas y ellos están expuestos a constantes amenazas, presiones y señalamientos por ejercer el oficio de informar. 
  • El racismo y la discriminación, porque siguen silenciando a narradores, comunicadoras y periodistas interculturales.
  • La ausencia de justicia en todos los casos de crímenes en contra de periodistas, sean de los grupos étnico o no, y más aquellos en los que el silenciamiento está directamente relacionado con la protección de la Madre Tierra.
  • La falta de mayor contenido de los pueblos indígenas en las agendas mediáticas para visibilizar los conflictos socio ambientales de las comunidades. Los pueblos originarios no son sólo fuente de información sino también productores de contenidos, con sus propios formatos de comunicación y sus narrativas en lenguas maternas.
  • El limitado acceso a información sobre los pueblos indígenas para comunicadores, periodistas y ciudadanía en general, debido a que los Estados de la región no tienen disponibles datos desagregados con enfoque étnico. 

Con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, desde la Red Tejiendo Historias hacemos un llamado a todas las personas que quieran sumarse para sanar estas situaciones, sin importar cuál sea su rol en los sectores públicos o privados, a:

  • Seguir tejiendo comunidades y redes interculturales para acompañarnos en el fortalecimiento del ejercicio periodístico: “Las redes salvan vidas”. 
  • Exigir a las instancias judiciales que prioricen las investigaciones de los casos que silencian a comunicadoras, comunicadores y periodistas indígenas y medios étnicos para que no se perpetúe la impunidad. Vale la pena recordar que la muerte de cualquier integrante de un pueblo indígena rompe el tejido de toda una comunidad.
  • Crear protocolos interculturales y rutas de atención con enfoque étnico en protección ante situaciones de inseguridad, hostigamientos y amenazas que respeten las distintas cosmovisiones y prácticas culturales, y que cuenten con recursos propios.
  • Reconocer y fortalecer a las y los comunicadores, periodistas, narradores indígenas, campesinos, afrodescendientes y otros grupos étnicos, junto con sus medios de comunicación, sus narrativas propias y canales de divulgación. 
  • Promover y fortalecer la comunicación y el periodismo intercultural en los medios, la academia, los centros de pensamiento y las comunidades, para generar puentes y oportunidades de difusión para narradoras y narradores de los pueblos indígenas.
  • Informar reconociendo las voces de las comunidades como fuentes oficiales de lo que ocurre en sus propios territorios, incluyendo de manera respetuosa sus sentires y maneras de ver el mundo.
  • Acompañar y fortalecer a los medios y a las y los narradoras en contextos extractivistas y de vulneración de Derechos Humanos para que se garantice el derecho a la información y sea posible generar contenidos que cuenten los conflictos y permitan sanar las memorias del territorio.
  • Empoderar y capacitar especialmente a las mujeres dentro de los medios de comunicación para que los territorios también se narren desde las miradas femeninas, y se amplifiquen las voces de niñas, niños, sabias y lideresas.
  • Narrar el Abya Yala como un sólo territorio, diverso, con un contexto histórico y sin la folclorización de las fronteras y de los pueblos indígenas.
  • Solicitar al Foro Permanente de Naciones Unidas y al Relator de Naciones Unidas para los Pueblos Indígenas un reporte sobre la situación que viven las y los comunicadores indígenas, para trazar un camino de acción a los Estados Miembros en los que se promueva el respeto y la plena aplicación de las disposiciones de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
  • Mejorar el acceso a internet, a la tecnología y a las herramientas virtuales que permitan generar medios y canales de comunicación pensados para y desde las comunidades.

Esta juntanza de voces y sentires es impulsada por el medio independiente AGENDA PROPIA y su #RedTejiendoHistorias -comunidad intercultural de América Latina compuesta por 380 personas en 17 países-, con el objetivo de que sea acogido y visibilizado en la región por más comunicadoras, periodistas, narradores interculturales, medios y distintas organizaciones.

Más información:

redtejiendohistorias@agendapropia.co

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