887 visitas
Transcripción de la pieza sonora “Aquí no hay dónde sembrar”
Consulta este contenido en los idiomas y lenguas
(IDENTIDAD SONORA DE LA SERIE)
(SONIDO AMBIENTE DE LA COMUNIDAD “ASENTAMIENTO BLOQUERA UNO” - TRINAR DE PÁJAROS ARRENDAJOS AL AMANECER)
[Gardenia Rebolledo]: Yaritza Pulido es una joven madre indígena, de cabellera lacia, larga y negra, de ojos achinados y de sonrisa tímida. Ella, junto a sus seis hijos, viven en el asentamiento Bloquera Uno, ubicado en Puerto Carreño, capital del departamento colombiano de Vichada. El asentamiento fue creado por 18 familias del pueblo Jivi, como se denomina en Venezuela, que desde hace ocho años han llegado desplazados de sus territorios en la Amazonía venezolana, y que en Colombia se autorreconocen como Amorúa.
Yaritza habla muy poco español, pero se comunica muy bien en amorúa, lo que le ha permitido ser la capitana o lideresa de la Bloquera Uno, un lugar de sabana donde han hecho cambuches de plásticos para vivir en ellos.
Desde allí divisan atardeceres rojizos y sus mañanas son sonoras por el trinar de las aves.
Ella, junto a más de una docena de madres de su comunidad, luchan para llevarles alimento a sus hijos en medio de la escasez y de la pobreza que enfrentan.
(SONIDO AMBIENTE DE LA COMUNIDAD “ASENTAMIENTO BLOQUERA UNO” - PERSONAS INDÍGENAS CONVERSANDO EN SU IDIOMA Y OTROS SONIDOS DEL TERRITORIO)
[Yaritza Pulido]: (habla en lengua propia, sobre su voz se sobrepone la de su tío Richard Rodríguez, quien traduce al castellano) Ella dice que viene de Venezuela, estado Bolívar, su nombre es Yaritza Pulido, ella tiene documento colombiana y ella pa’ llegar a capitana la comunidad la eligió. Y ella se siente bien aquí en Colombia a pesar que la tratan mal. Tiene seis hijo, vive en un ranchito casa de plástico y así viven y no tiene dónde vivir.
[Gardenia Rebolledo]: En su idioma, Yaritza describe cómo era vivir en su comunidad San Antonio, en el estado Bolívar de Venezuela. Con voz suave relata lo que dejó del otro lado de la frontera ribereña, en las selvas de la Amazonía venezolana. Yaritza dio a conocer que las familias Jivi han migrado desde el 2014, por distintos motivos, entre ellos, por la crisis política y humanitaria que enfrenta ese país, y por la presión de los grupos irregulares que han llegado a sus territorios a explotar minas.
[Yaritza Pulido]: (habla en lengua propia, sobre su voz se sobrepone la de su tío Richard Rodríguez, quien traduce al castellano) En Venezuela ella comía bien, vivía bien, se alimentaba bien porque tenía cómo conseguir los alimentos y los demás trabajaban, se mantenía bien, pero lo que hacía en Venezuela, ella, aquí no hace como allá. Ella dice que hubiera terreno como en Venezuela, ella trabajaba como lo hacía en Venezuela. Ella podría producir, sembrar, como ella lo hacía en Venezuela. Ella en Venezuela sembraba yuca, plátano, todo lo que se podía sembrar allá, y aquí no lo hace como no tiene terreno de donde sembrar.
(SONIDO AMBIENTE DE LA COMUNIDAD “ASENTAMIENTO BLOQUERA UNO”)
[Gardenia Rebolledo]: Ahora Yaritza, junto a su comunidad, en Puerto Carreño, no tiene un terreno dónde producir comida que le garantice la alimentación de sus familias. Pese a que estas tierras pertenecen a sus antepasados, según relatan los abuelos, hoy son tratados como extraños.
Vichada, ubicado en el oriente de Colombia, está conformado por cuatro municipios donde habitan 77.000 personas, según el censo poblacional realizado en el año 2018 por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística. El 57 por ciento de su gente es indígena de los pueblos Sikuani, Piaroa, Piapoco, Puinave, Amorúa y Saliva, entre otros, que viven mayoritariamente en los municipios de Cumaribo y Puerto Carreño.
(SONIDO AMBIENTE DE LA COMUNIDAD “ASENTAMIENTO BLOQUERA UNO” - PERSONAS INDÍGENAS CONVERSANDO EN SU IDIOMA Y OTROS SONIDOS DEL TERRITORIO)
[Gardenia Rebolledo]: La falta de tierra para cultivar ha llevado a Yaritza y a sus familias a la mendicidad. Son las calles de la capital vichadense el escenario de su sustento diario. Algunas madres venden artesanías, desconchan cebollas en los supermercados y recogen plásticos como reciclaje, pero es común ver a madres, muy jóvenes, y también a niñas y a niños pidiendo comida y limosna.
[Yaritza Pulido]: (habla en lengua propia, sobre su voz se sobrepone la de su tío Richard Rodríguez, quien traduce al castellano) Ella pa’ poder alimentar los niños de ella, así con pena, tenía que salir a pedir, y mucha gente los maltrataban, le decían cosas que no se deben, pero así, para poder alimentarse, tenía que salir a pedir.
(SONIDO AMBIENTE DE LA COMUNIDAD “ASENTAMIENTO BLOQUERA UNO” - AVES Y OTROS SONIDOS DEL TERRITORIO)
[Gardenia Rebolledo]: De acuerdo con la Defensoría del Pueblo, a Puerto Carreño, entre el 2016 a abril de 2023 han llegado 10.181 migrantes de Venezuela, según datos que se han recopilado de la entidad estatal Migración Colombia. Esta información no está discriminada por grupos étnicos. Sin embargo, la Defensoría del Pueblo Regional Vichada tiene un reporte que en ese mismo periodo a este departamento han migrado 1.933 personas indígenas. Esta información fue entregada en respuesta a un derecho de petición enviado por Agenda Propia y el periódico El Morichal en el desarrollo de esta historia.
En la actualidad en los 27 asentamientos humanos de Puerto Carreño, hay más de 3.000 indígenas, según registros de las autoridades de los pueblos originarios.
(SONIDO AMBIENTE DE LA COMUNIDAD “ASENTAMIENTO BLOQUERA UNO” - PERSONAS INDÍGENAS CONVERSANDO EN SU IDIOMA Y OTROS SONIDOS DEL TERRITORIO)
[Gardenia Rebolledo]: Mery Medina es otra de las madres Amorúa que vive en el mismo asentamiento, en Bloquera Uno. Ella llegó en enero junto a sus seis hijos, y le ha tocado enfrentar la cruda realidad social en Puerto Carreño. Ha aguantado hambre y siente tristeza, ya que la calle también ha sido su principal escenario de supervivencia. A diario sale, como otras mujeres, a conseguir frutos de los árboles de mango, comida empaquetada vencida y huesos de res que le obsequian como sobras en las carnicerías, huesos sin carnes que logran llevar a sus fogones para asar en su comunidad y calmar el hambre.
[Mery Medina]: Nosotros no conseguimos trabajo, nada. Recogemos aluminio, a veces, a veces nada, a veces vendemos y con eso conseguimos comidita, arroz una libra, a veces conseguimos y para dárselo a los carajitos. Tengo ya, muchos, varios carajitos, tengo como seis. A veces comen, a veces no comen, a veces buscando manguitos, a veces hacemos caratico y comemos con los carajitos.
[Gardenia Rebolledo]: El hambre de los carajitos, como se les llama a las niñas y a los niños en Venezuela, muchas veces se traduce en llanto. Algunas organizaciones no gubernamentales han llegado a los asentamientos para brindar alimento. Esta crisis también la ha atendido el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF. Sin embargo, las autoridades indígenas han manifestado que estas ayudas han sido insuficientes. Lo más grave es que en el asentamiento, durante el año 2022 y el 2023, dos niños han fallecido a causa del hambre, según lo asegura la capitana Yaritza, y uno de esos casos fue confirmado por la Secretaría de Salud Departamental de Vichada.
[Yaritza Pulido]: A veces, los niños a veces salen desnutridos porque no se halla comida y se enferma. Una vez el niño que se murió lo llevamos pa’l hospital, la enfermera dijo que ese niño no tiene nada, o sea no más normal diarrea, después vinimos, después el niño, después nos lo llevamos pa’l hospital. Tenía un añito, sí, el niño no come bien, cuando come le pega diarrea todos los días.
[Gardenia Rebolledo]: ¿Cuántos niños se han muerto aquí en el asentamiento?
[Yaritza Pulido]: dos, de seis años y de un añito.
[Gardenia Rebolledo]: Las tradiciones culturales de los Amorúa a veces les hacen creer que se trata de brujería, como cuenta Leydi Ana Correa Rodríguez, madre del niño fallecido en marzo de 2023.
[Leydi Ana Correa Rodríguez]: Por brujería, no sé qué es, que estaba flaco antes, de recién nacido ‘taba enfermo él. Me dejaron hospitalizar allá mismo. Después me dejan salir, después volvimos allá al hospital otra vez volvimos. Allá en el hospital después tenía diarrea. De diarrea fue que se murió ese niño.
[Gardenia Rebolledo]: El Instituto Nacional de Salud asegura que entre el 2016 a abril de 2023 no se presentaron muertes por desnutrición en [personas] menores de cinco años de indígenas en Vichada, en respuesta a un derecho de petición enviado por Agenda Propia y el periódico El Morichal.
Por su parte, la Defensoría del Pueblo de Colombia informó que en ese mismo departamento durante el año 2022 murieron nueve [personas] menores de cinco años de edad por causas asociadas a desnutrición, según cifras que analizó el Instituto Nacional de Salud. Situación que corroboró la Secretaría de Salud Departamental, que, además, reportó 437 casos de desnutrición aguda a moderada y severa entre el 2022 y abril de 2023, en todo el departamento del Vichada, con mayor incidencia en los municipios de Puerto Carreño y Cumaribo.
Henny Gutiérrez, perteneciente al pueblo Saliva y actual lideresa del cabildo indígena de Puerto Carreño, lleva más de cinco años denunciando que sus comunidades mueren de hambre sin que las autoridades hagan algo al respecto.
[Henny Gutiérrez]: La problemática de los pueblos indígenas de desnutrición va ligado a alimentación, porque no cuentan con una apta, no tiene el día a día. Es que no hay garantías. Si bien hay programas que dicen…, en nuestra cosmovisión no está eso, en nuestra cosmovisión desde los seis meses ya nosotros estamos dando caldito de pescado a un niño, nosotros le hacemos una sopita con mañoco, ellos están comiendo todo eso. Osea, es totalmente diferente a lo que nos están metiendo a nosotros.
Sí efectivamente eso es así, hay un cañito donde ellos se bañan y ahí le cae toda la alcantarilla del pueblo, donde hacen las necesidades y va ese caño y ese caño huele feo, y ellos aún ahí se bañan. Presentan erupción en la piel y mucha diarrea. Se presentan, en ese asentamiento presentan mucha diarrea los niños.
(SONIDO AMBIENTE DE LA COMUNIDAD “ASENTAMIENTO BLOQUERA UNO” - RISAS Y VOCES DE LOS NIÑOS Y LAS NIÑAS JUGANDO EN EL AGUA)
[Gardenia Rebolledo]: En el recorrido realizado para esta historia se pudo evidenciar que los niños y las niñas se bañan en este riachuelo, en donde sale mal olor y sus aguas se ven sucias. Pese a que se consultó vía telefónica a la oficina de Corporinoquia como autoridad ambiental presente en Vichada para saber sobre los controles de sanidad a este afluente hídrico, no fue posible obtener una respuesta sobre si este se encuentra contaminado o no. De la misma forma se consultó a la administración municipal de Puerto Carreño, sin obtener respuesta al cierre de esta historia sonora.
[Henny Gutiérrez]: No hay armonía porque no tenemos territorio. Nosotros vivimos en diferentes puntos de la ciudad, en piedras, en sitios no aptos, entonces para mí no hay armonía, porque armonía donde hay un río, un caño sano donde nos podamos bañar, podamos pescar y aquí no lo hay.
[Gardenia Rebolledo]: El territorio para el pueblo indígena Amorúa no solo representa la esperanza de sembrar los alimentos para sus familias. El territorio significa todo en sus vidas y en su cosmovisión. Así lo expresa Richard Rodríguez, un líder del asentamiento Bloquera Uno.
[Richard Rodríguez]: La tierra para nosotros es vida, como es el agua, la tierra nos da a nosotros el pan de cada día, la tierra nos da a nosotros fuerza porque nosotros contamos con la tierra, la tierra a nosotros nos da es salvación, nosotros vivimos en ella, que podemos sembrar. Que ella a nosotros nos da es el alimento. Nosotros por eso que bastante bastante pedimos a diosito que el terreno para nosotros es vida.
Bueno, yo tenía un abuelo, el papá de mi papá, que en paz descansen, y ellos por lo menos hablaban con las tierras, hablaban con los montes, antes de entrar al monte, ellos hablaban y unos niños en veces uno iba con esos adultos y ellos hablaban y uno niño en veces: “oye, ese mayor ‘ta loco”, pero sí sabían qué hacían. Ellos rezaban y hablaban y sí, ellos se metían por un monte y no se perdían. Ningún animal raro los atacaba.
(SONIDO AMBIENTE DE LA COMUNIDAD “ASENTAMIENTO BLOQUERA UNO” - AVES Y ZUMBIDOS DEL TERRITORIO)
[Gardenia Rebolledo]: Pese al drama que viven en Puerto Carreño, las madres y lideresas indígenas aseguran que no volverán a Venezuela, y seguirán elevando sus voces para exigirle al gobierno colombiano que les dé las tierras y los protejan. Mientras tanto, en cada atardecer de cielos rojizos que regala este territorio, confían que sus seres espirituales y la Madre Tierra podrán garantizarles un futuro mejor a sus hijos e hijas.
(SONIDO AMBIENTE DE LA COMUNIDAD “ASENTAMIENTO BLOQUERA UNO” - CAE LA NOCHE)
[Gardenia Rebolledo]:
Esta historia titulada “Aquí no hay dónde sembrar”. La lucha de las madres Amorúa para alimentar a sus hijas e hijos” fue realizada en junio de 2023 por Gardenia Rebolledo para Agenda Propia, el periódico El Morichal y la emisora Comunitaria Puerto Carreño Estéreo 104.3 FM.
Con la mentoría editorial de Edilma Prada Céspedes.
Edición sonora de José Isaac Beltrán y Gardenia Rebolledo.
Agradecimientos a Yaritza Pulido, capitana indígena de la Bloquera Uno y a la Cabildo gobernadora indígena del contexto de ciudad de Puerto Carreño, Henny Gutiérrez, quienes me dieron la venia sagrada ancestral para entrar a este territorio indígena.
También agradecimientos a Zussanny Jaimes por acompañarme en campo y registrar los sonidos e imágenes del territorio, a Edwin Suárez por el apoyo editorial desde el Periódico El Morichal.
Dedico esta historia a todas las madres indígenas de mi natal Venezuela que a diario luchan por llevar alimentos a sus hijos e hijas, soñando cada día con un mejor mañana.
Los sonidos presentados en esta historia sonora representan el ambiente de este territorio indígena “Bloquera Uno” del pueblo Amorúa.
Comparta en sus redes sociales
Comparta en sus redes sociales
Rituales para llamar la lluvia, la respuesta espiritual de los Yampara a la sequía
Espiritualidad para combatir la sequía que afecta a familias indígenas productoras.
Indígenas en México son guardianes de la abeja nativa pisilnekmej
La cosecha de la miel de la abeja melipona, especie sin aguijón, es una actividad ancestral de los pueblos indígenas Totonakus y Nahuas en la Sierra Norte de Puebla, en México. La producción beneficia económicamente a las familias y les permite proteger el territorio, pero hay serias amenazas sobre la actividad.
Las plantas medicinales, el legado del pueblo Misak
Un sabedor tradicional, una partera y un cuidador protegen el uso de las plantas, uno de los legados del pueblo indígena Misak. En la casa Sierra Morena siembran más de 200 especies de flora que utilizan para sanar las enfermedades físicas y espirituales de sus comunidades en el municipio colombiano de Silvia, en el departamento del Cauca.
Comentar